El repunte “transitorio”, en opinión del Gobierno, de la inflación va a dejar secuelas permanentes en los agentes económicos. Los consumidores ya ha saludado 2008 con la desagradable sorpresa de ver como el agua, la luz, el transporte, el gas o los alimentos básicos cuestan bastante más que el pasado enero. Las empresas, por su parte, afrontan un ejercicio en el que la desviación de precios sufrida en el último tramo de 2007 va a pasar una factura milmillonaria.El Índice de Precios de Consumo (IPC) sumó dos décimas en diciembre, hasta el 4,3% interanual, su nivel más alto en doce años, según el dato adelantado ayer por el Instituto Nacional de Estadística –la cifra oficial se conocerá el próximo 15 de enero–. Es decir, dos puntos por encima del objetivo de estabilidad, del 2%, recomendado por el Banco Central Europeo, que el Gobierno toma como objetivo y los agentes económicos para tomar sus decisiones.El secretario de Estado de Economía, David Vegara, volvió a insistir ayer en que la reciente subida de la inflación es atribuible a factores “exógenos” y “transitorios”. Entre ellos, la fuerte revalorización del barril de petróleo, que ha ganado un 60% en los últimos doce meses, hasta traspasar la barrera histórica de los 100 dólares. Y, también, el encarecimiento de las materias primas agrícolas, que han disparado los alimentos más básicos de la cesta de la compra. A partir de abril, según el Gobierno, la carrera de la inflación comenzará a atenuarse, gracias al menor “efecto base” de los precios del crudo sobre el IPC. Eso sí, serán factores “externos” nuevamente los que favorezcan esa previsible moderación de la inflación. Y, de momento, los mensajes que llegan de fuera no son positivos. El petróleo ha roto la barrera de los tres dígitos impulsado por la tensión política de Pakistán y Nigeria y la persistente devaluación del dólar frente al euro.A pesar de la carrera de precios, los analistas esperan que el BCE mantenga en el 4% los tipos de interés en los próximos meses. En cualquier caso, la autoridad monetaria ya dejó claro en su último boletín de diciembre que los riesgos para a inflación siguen “la alza”, no sólo por el alto precio del petróleo y los alimentos, sino por la fuerte expansión monetaria y el alza de los costes laborales. En España, éstos escalaron el doble que en la zona del euro en 2007, según Eurostat.
Fuente: www.expansion.com, 04 de Enero de 2008